Hay algo que es natural e inevitable:Tus hijos harán lo que vos hagas, serán como vos seas.En una palabra, la fuerza del ejemplo supera todo lo que puedas decirles vos. Por ejemplo:
Si sos una persona que acostumbra dar las gracias a cualquier servicio que te presten, por pequeño que sea, ellos escuchan y naturalmente dan las gracias sin necesidad de la típica frase:”nene qué se dice?”
Si sos una persona que se alegra con las alegías de los demás, no critica o tiene envidia, tus hijos también serán así.
Si en tu casa se escucha buena música, ellos tendrán buen gusto para la música.
Si habitualmente sos puntual, ellos se habituarán a serlo.
Si te ven leyendo, seguramente serán lectores.
Son innumerables los ejemplos, pero en una palabra TUS VALORES , LOS TRANSMITíS AÚN SIN DARTE CUENTA, CON TUS ACTITUDES DE TODOS LOS DÍAS.
Lo mismo que pasa con las cosas buenas, lamentablemente también pasa con las cosas malas, incluso en algunos casos estas últimas tienen como una facilidad especial para “pegarse”. Así:
Si en tu casa se fuma mucho, es muy probable que ellos tambi{en lo hagan.
Si en tu casa se bebe alcohol con “demasiada frecuencia”, es muy probable que ellos también lo hagan.
Si en tu casa es habitual criticar a los demás, ellos lo harán también.
Si en tu casa se habla mucho de dinero, es porque le das excesiva importancia al tema, y eso también es contagioso.
Si no les prestas atención cuando les hablás, ellos tampoco tendrán ganas de escuchar a los demás.
Por todo esto que te estoy diciendo, te doy un CONSEJITO:
Pensá cómo querés que tus hijos sean, cuales son tus valores, cómo querés que vivan, y tratá vos primero de ser, vivir y SENTIR así.Tu ejemplo hará el trabajo más difícil.